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YAOI

El Yaoi (やおい),  es un género que proviene de: Yamanashi (sin clímax, literalmente “no montaña”), Ochinasi (sin resolución) y Iminashi (sin sentido). Apareció como un movimiento subterráneo de artistas mangakas no profesionales (sobre todo mujeres) y hace referencia a la representación romántica o erótica de las relaciones de amor entre dos hombres. Originalmente, se utilizaba para designar a los dōjinshi (historias en manga autopublicadas) creados por fans. En todo caso, no hay que confundirlo con el bara, un subgénero gay del hentai (género que hace referencia a contenido pornográfico) hecho por y para hombres.

Antes de hablar de las series que hemos seleccionado y las conclusiones que hemos extraído de éstas, cabe señalar un poco la evolución de las relaciones homosexuales en Japón.  Las relaciones homosexuales antiguamente eran muy comunes entre samuráis en la sociedad Japonesa. Era conocido como wakashudo; que envolvía una relación erótica entre amo y joven aprendiz o sirviente. Muchas veces se prostituían o lo hacían como favor o incluso a veces se veían forzados (debiendo obedecer). En la sociedad Tokugawa (1600-1867), los samuráis valoraban más el amor de un hombre que el de una mujer. A partir de la restauración Menji (1868-1911), con la modernización de Japón y las  influencias extranjeras, el pensamiento Cristiano (entre otros pensamientos) se fue introduciendo y las relaciones homosexuales pronto fueron disminuyendo. Entre los samuráis, las relaciones homosexuales, empezaron a considerarse como una pasión peligrosa y desviada. Hoy en día parte de esas influencias aún se mantienen.

Después de ver un poco la evolución que ha sufrido la homosexualidad en Japón, ahora sí pasaremos a hablar de las conclusiones que hemos extraído de las series analizadas. En este género hemos analizado los siguientes animes: Sekaiichi Hatsukoi, Fuyu no Semi y Junjou Romantica.

 

En primer lugar, hay que destacar que al igual que hemos visto en el yuri, la mayoría de yaois reflejan una relación basada en el modelo violento de atracción tradicional (Modelo en el que hay una cierta violencia en la relación (Beatriz Villarejo)). Concretamente lo encontramos en Sekaiichi Hatsukoi y Junjou Romantica. Tanto Ritsu Onodera como Misaki Takahashi en un principio son forzados por sus respectivas parejas a tener relaciones o besarles, y aunque intentan resistirse al final acaban cediendo. Sin embargo, poco a poco vamos viendo que los sentimientos de Ritsu y Misaki van siendo cada vez más claros y se suele producir un mutuo consentimiento (aunque normalmente el inicio de sus relaciones o sus besos siempre es agresivo). Aunque solo mostremos en profundidad tres yaois, este modelo se ve reflejado en muchísimos más animes de este género como Love Stage (2014) o Ai no Kusabi (1992). No obstante, aunque es difícil de encontrar, también hay modelos alternativos como Fuyu no semi en el que el inicio de la relación y de las relaciones así como los besos son consentidos por ambas partes. Además, se muestra como los dos sienten algo por el otro cuando eso ocurre.

Otro elemento a destacar son los roles de género que encontramos. En casi todos los yaois observamos al hombre “más masculino”, que es el que tiene el control y la iniciativa, y al hombre más “femenino”, que es el suele ser dominado. Normalmente suele coincidir en que mientras el primero es denominado “seme” (el activo en la relación sexual) el segundo es el “uke” (el pasivo). Además, vemos una gran estereotipación en su físico: mientras que el más “masculino” suele ser fuerte, alto y con unos rasgos más marcados, el más “femenino” suele ser más delicado, bajo y con rasgos más finos y muy parecidos a los una mujer. Esto en parte, y como bien vemos en el libro de Mark J. McLelland (1999:8), se debe a que en una sociedad machista como lo ha sido Japón, el hombre siempre ha sido el que tenía el control y la iniciativa en una relación heterosexual por lo que les parece extraño que uno de los hombres no sea así. Por ese motivo, reflejan a uno como andrógeno o Bishōnen (literalmente “niño hermoso”), el cual no es completamente un “hombre real” sino que han unido lo mejor de lo “masculino” y lo “femenino”.

No obstante, a pesar de que en la mayoría cumplan esa esterotipación, hay otras series como Fuyu no semi en que tanto físicamente como psícamente la forma de ser es más igualitaria.

Seguidamente, hay que decir que al igual que el yuri nos encontramos con que a pesar de que los protagonistas también tenían conflictos externos, estos siempre han sido muy secundarios. En estos tres casos por ejemplo, los conflictos internos han sido de mucha mayor importancia: tanto Ritsu, Misaki como Akisuki debían luchar internamente para aclarar sus sentimientos y saber que era lo que de verdad querían con sus respectivas parejas.

Finalmente, destacar que como vemos en artículo de The Artifice (2016:8), de acuerdo con Sam Shoushi,  dice que hoy en día en Japón mucha gente perteneciente al colectivo LGBT están casadas en un matrimonio heterosexual pero que viven una “vida secreta”, visitando bares de ambiente o teniendo parejas de acuerdo a su orientación sexual. Viviendo así la vida “normal” que esperan en la sociedad y su vida secreta debido a la discriminación.

Esta idea explicaría muy bien por qué a pesar de estar enamorados de otro hombre en casi todos los yaois alguno de los protagonistas está comprometido o le gusta que le vean rodeado de mujeres. Esto podemos apreciarlo muy bien en Fuyu no Semi, en la cual los dos tienen prometida o en Sekaiichi Hatsukoi donde Onodera también tiene prometida.

Imagen extraída de Google-wakashudo

Imagen extraída de Google-Dojinshi Lost Loose Loser (Haikyuu!!)

Imagen extraída de Google-Sekaiichi Hatsukoi Cap2 Pág.30

Imagen extraída de Google-Junjou Romantica Semes

Imagen extraída de Google-Junjou Romantica Ukes

Imagen extraída de Google-Fuyu no Semi

Imagen extraída de Google-Sekaiichi Hatsukoi

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